(Imagen extraída de http://engelbertsoto.blogspot.com/)
Como consecuencias de los resultados se desató, de manera casi inmediata, y esperada por cierto, una suerte de histeria educacional colectiva donde docentes y administradores de establecimientos educacionales realizaban cálculos varios, intentando determinar los grandes éxitos o los no tan grandes éxitos en comparación a años pasados, a establecimientos educacionales de la competencia, a diferentes niveles, subsectores y, finalmente, comparaciones entre cualquier cosa (resulta interesante destacar que en estos casos no hay derrotas, sólo varía la magnitud del éxito).
Por otra parte, la sociedad ávida de respuestas, clama por encontrar al o los culpables de tan “inesperada” brecha educacional y falta de equidad educativa. El gobierno de turno, reaccionando rápida e “inesperadamente” ante este súbito clamor popular, realiza una rápida investigación y encuentra culpables. Si en las novelas de misterio el asesino es siempre el mayordomo, en educación los culpables resultan ser, muchas veces, los profesores. No habría de ser ésta la excepción.
¡Alego defensa! Exclama el gremio de los profesores, la responsabilidad no es sólo nuestra. Culpemos entonces, agregan, a las diferencias sociales, al neoliberalismo y a la negligencia e ineficiencia del estado en materia educacional.
Pese a que el SIMCE asegura ser, al menos así lo señala su sigla, un sistema de medición de la calidad de la enseñanza, es la propia orientación del ministerio la que señala que no es más que un sistema de medición de resultados de aprendizajes. Y es eso lo que informa el SIMCE, intentando cuantificar estos resultados y no señalar qué, quién o quiénes son los responsables de los altos o bajos desempeños.
Según mi opinión, la finalidad debiese ser la de intentar analizar la información entregada, sin intentar celebrar, difundir o publicar los resultados, teniendo como principal premisa principal el reconocimiento social y futuras gratificaciones económicas. Debemos intentar analizar la información en virtud, por ejemplo, de determinadas estrategias metodológicas y determinar si la implementación de éstas incide en un aumento futuro del rendimiento de los alumnos. Si lo anterior no le resulta interesante o atractivo, puede entonces intentar analizar la información con otra finalidad, pero por favor, analícela y utilícela teniendo siempre delante suyo la posibilidad de mejorar, en cualquier aspecto que este sea. De lo contrario la rapidez de cambio de las mejoras será, en el mejor de los casos, positivamente pequeña (existiendo la trágica posibilidad de que sea negativa).
A modo de ejercicio le propongo que lea y, posteriormente, intente analizar el siguiente ejemplo.
Ejemplo:
Imaginemos el caso de una escuela (Escuela "A") que ha mantenido en las últimas dos mediciones de 4º básico, subsector lenguaje y comunicación, un puntaje promedio de 240 puntos. En futuras mediciones SIMCE se observa un aumento sostenido del rendimiento de los alumnos en la prueba. Consideremos además que en otro establecimiento, de similares características y resultados anteriores (Escuela "B"), los resultados de mediciones SIMCE futuras no entregan ninguna diferencia significativa respecto a años anteriores, manteniéndose estable el puntaje promedio.
Intente analizar la información entregada por el SIMCE de acuerdo a una de las siguientes situaciones o combinación de ellas:
1) La escuela “A” implementó estrategias metodológicas en el aula con la finalidad de aumentar el rendimiento de sus alumnos. La escuela “B” no.
2) Las calificaciones promedio de los alumnos de la escuela “A” no han sufrido variación significativa en el tiempo. En la escuela “B”, las calificaciones en el subsector, han aumentado significativamente pasando de un valor promedio de 4,7 el año 2002 a 6,3 el año 2007.
¿Es capaz usted de proponer un análisis de acuerdo a las condiciones señaladas?
¿Puede usted sugerir otra condición o situación que pueda ser analizada?
Hoy, martes 28 de mayo de 2008, se dieron a conocer en Chile los resultados del sistema de medición de la calidad de la educación SIMCE realizado el 2007, el cual, y pese a la espectacularidad del significado de la sigla (medición de la calidad de la educación), es según lo señalado por la Unidad de Currículum y Evaluación del Ministerio de Educación de Chile ,el sistema nacional de medición de resultados de aprendizaje del Ministerio de Educación de Chile, siendo su propósito principal el contribuir al mejoramiento de la calidad y equidad de la educación, informando sobre el desempeño de los alumnos y alumnas en diferentes áreas del currículum nacional, y relacionándolos con el contexto escolar y social en el que ellos aprenden (http://www.simce.cl).
Como consecuencias de los resultados se desató, de manera casi inmediata, y esperada por cierto, una suerte de histeria educacional colectiva donde docentes y administradores de establecimientos educacionales realizaban cálculos varios, intentando determinar los grandes éxitos o los no tan grandes éxitos en comparación a años pasados, a establecimientos educacionales de la competencia, a diferentes niveles, subsectores y, finalmente, comparaciones entre cualquier cosa (resulta interesante destacar que en estos casos no hay derrotas, sólo varía la magnitud del éxito).
Por otra parte, la sociedad ávida de respuestas, clama por encontrar al o los culpables de tan “inesperada” brecha educacional y falta de equidad educativa. El gobierno de turno, reaccionando rápida e “inesperadamente” ante este súbito clamor popular, realiza una rápida investigación y encuentra culpables. Si en las novelas de misterio el asesino es siempre el mayordomo, en educación los culpables resultan ser, muchas veces, los profesores. No habría de ser ésta la excepción.
¡Alego defensa! Exclama el gremio de los profesores, la responsabilidad no es sólo nuestra. Culpemos entonces, agregan, a las diferencias sociales, al neoliberalismo y a la negligencia e ineficiencia del estado en materia educacional.
Pese a que el SIMCE asegura ser, al menos así lo señala su sigla, un sistema de medición de la calidad de la enseñanza, es la propia orientación del ministerio la que señala que no es más que un sistema de medición de resultados de aprendizajes. Y es eso lo que informa el SIMCE, intentando cuantificar estos resultados y no señalar qué, quién o quiénes son los responsables de los altos o bajos desempeños.
Según mi opinión, la finalidad debiese ser la de intentar analizar la información entregada, sin intentar celebrar, difundir o publicar los resultados, teniendo como principal premisa principal el reconocimiento social y futuras gratificaciones económicas. Debemos intentar analizar la información en virtud, por ejemplo, de determinadas estrategias metodológicas y determinar si la implementación de éstas incide en un aumento futuro del rendimiento de los alumnos. Si lo anterior no le resulta interesante o atractivo, puede entonces intentar analizar la información con otra finalidad, pero por favor, analícela y utilícela teniendo siempre delante suyo la posibilidad de mejorar, en cualquier aspecto que este sea. De lo contrario la rapidez de cambio de las mejoras será, en el mejor de los casos, positivamente pequeña (existiendo la trágica posibilidad de que sea negativa).
A modo de ejercicio le propongo que lea y, posteriormente, intente analizar el siguiente ejemplo.
Ejemplo:
Imaginemos el caso de una escuela (Escuela "A") que ha mantenido en las últimas dos mediciones de 4º básico, subsector lenguaje y comunicación, un puntaje promedio de 240 puntos. En futuras mediciones SIMCE se observa un aumento sostenido del rendimiento de los alumnos en la prueba. Consideremos además que en otro establecimiento, de similares características y resultados anteriores (Escuela "B"), los resultados de mediciones SIMCE futuras no entregan ninguna diferencia significativa respecto a años anteriores, manteniéndose estable el puntaje promedio.
Intente analizar la información entregada por el SIMCE de acuerdo a una de las siguientes situaciones o combinación de ellas:
1) La escuela “A” implementó estrategias metodológicas en el aula con la finalidad de aumentar el rendimiento de sus alumnos. La escuela “B” no.
2) Las calificaciones promedio de los alumnos de la escuela “A” no han sufrido variación significativa en el tiempo. En la escuela “B”, las calificaciones en el subsector, han aumentado significativamente pasando de un valor promedio de 4,7 el año 2002 a 6,3 el año 2007.
¿Es capaz usted de proponer un análisis de acuerdo a las condiciones señaladas?
¿Puede usted sugerir otra condición o situación que pueda ser analizada?